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4 de septiembre de 2011

Vuelta a España 11. Etapa 4. Cáceres - Lugo

De inicio, cuando preparé el viaje y las etapas, tuve algún reparo con esta jornada. Muchos kilómetros con una parada obligada (mínimo, que luego fueron dos), obligaban a que fuesen muchas horas. Hasta este momento ningún día había estado encima de la moto después de las 3 o 4 de la tarde.

Este trozo lo hice acompañado de mis primos (en coche), por lo que fue muy ameno y divertido. Y de él tengo alguna foto encima de la moto en marcha, lo cual me gusta mucho (no puedo colgarlas ahora por que no las hice yo lógicamente y aún no las tengo). Además son buenas y salgo muy bien (será porque llevo el casco puesto 8-)).

La idea era salir pronto de Cáceres, desayunar y hacer parada en Hervás. Bonito pueblo y parada obligada para los amantes de las motos clásicas.

Nada más entrar me pareció un pueblo de veraneo. Muchos hoteles y campings, y mucha gente por la calle con pinta de turistas.

Tras aparcar la moto y tomar un café dimos una vuelta por el pueblo no muy larga (yo aún vestía de romano, y el calor ya apretaba un poquito), por lo que no vimos mucho. La iglesia y las vistas al pueblo desde esta. Lástima.

Después localizamos cómo ir a lo que para mí era el motivo principal de la parada (lo reconozco), el museo de motos. Está en las afueras y es un conjunto de edificios muy singulares que sobresalen mucho de la arquitectura de la zona. Llama la atención ver unos edificios redondos con un color arcilloso.
No puedo destacar ninguna moto por encima de las demás: Guzzi, Ducati, BSA, Triumph, AJC, Sanglas, Montesa y un buen puñado más de marcas (Harley, BMW), con muchos años en sus hierros y cromados pero fantásticamente restauradas y cuidadas.
Moto Guzzi

No sabía que había fabricado alguien una moto con motor rotativo

Bultaco

Si, es una Sanglas. ¿Chula verdad?

No podía faltar alguna Harley


Pick-up de Cadillac. Enorme.
Para rematar también hay algunos coches del inicio de la motorización en este país (Biscuters por ejemplo), junto con algunos monstruos americanos (Cadillac, Ford, Pontiac), que hicieron muy entretenida la vista (algo más de una hora), de sus 8 pavellones.

Si, es un Biscuter original.
De vuelta a la carretera pusimos rumbo a Candelario, donde pararíamos a comer,  por una carretera local. Esta carretera se puede dividir en dos partes muy diferentes: la primera hasta el cruce a la Garganta con muy buen asfalto, curvas divertidas y muy recomendable para pasear, mientras que la segunda parte del asfalto estaba bastante roto y en algún tramo creo que solo es cómoda si viajas en trail.

Incluso en alguna curva “perdí” la trasera por un rebote inesperado. Solo fue un sustito.

Hasta localizar un sitio donde comer en Candelario dimos alguna vuelta al liarnos con la señalización, pero al final comimos al lado de la iglesia donde nos atendieron muy bien y comimos mejor. 

Por cierto, casi todas las calles eran de subida o bajada (pendiente), y en vez de asfalto eran de empedrado (o eso me ha quedado en la memoria). Si no fuese porque aún nos quedaba mucho por recorrer podríamos haber dado algún paseo, seguro que valía la pena.

Vuelta a la carretera para coger la autovía Ruta de la Plata dirección Salamanca y después Benavente.

No llegamos a Benavente porque la idea era llegar a Lugo desde Ourense, así que nos desviamos antes.

Una parada táctica para rellenar los depósitos (el mío y el de la V), sirvió para tomar conciencia de que a Ourense llegaríamos de noche y a Lugo bastante tarde.

Eso me dio bastante “yuyu”. Bastantes kilómetros de noche y no es que tenga mucha experiencia en conducción nocturna en moto.

Al final, y visto las “peacho” luces que se gasta la V, no fue ningún problema, es más me gustó particularmente mucho.

 Tras más de 600 kms y unas 12 horas totales de viaje llegué a mi destino. Final de la primera parte del viaje. Descansaré unos días con la familia y aprovecharé para ir a Fisterra en una escapadita.

El balance de esta primera parte es muy positivo. La V va muy bien y yo me canso mucho menos de lo que pensaba antes de salir de Barcelona (mi ilustre trasero ya está amoldado)

He pasado por sitios que solo conocía de oídas y que bien valen la visita y he visto como cambiaba el paisaje en este país con los kilómetros. Eso me ha llamado mucho la atención; cómo de Barcelona hacia el sur se tornaba más árido y cómo hacia el norte era más verde.

Si, lo sé. No descubro nada nuevo, pero quizás al ir en moto lo he notado o lo he visto de forma más intensa.

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