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30 de agosto de 2011

Vuelta a España 11. Etapa 2: Alicante-Granada (2º parte)

Para aprovechar algo el día quedamos temprano delante de la catedral para visitarla y hacer lo propio después con el mausoleo de los Reyes Católicos. Ambos monumentos muy aconsejables. Sobre todo la catedral, muy luminosa y muy cuidada para los turistas.
Vidriera de la catedral
Entrada a la catedrar
Interior de la catedral
Otra parte del interior, con Santiago mata.... en primer plano.
¿Es pequeña verdad?

También aprovechamos para callejear por una zona comercial de souvenirs y artesanos.
Concurrida calle comercial, y con sombrita y todo.
Homenaje al ... en una plaza.


Tras la comida nos separamos. Mis amigos hicieron un poco de siesta y yo, que no soy nada siestero aproveché para ver el monasterio de los Jerónimos.

Por la hora fue una visita casi en solitario, lo cual me dejó tranquilidad para hacer algunas fotos y ver el interior sin agobios. Muy bien.


Aquí comían los monjes

Aquí se impartía clase ¿?

La zona de recreo (claustro ¿no?)

Retablo en la iglesia del monasterio. Enorme (comparar tamaño con la persona que hay abajo a la derecha)
Nueva reunión con los amigos para hacer el plato fuerte del día. Yo tenía muchas expectativas. Subir al mirador de San Nicolás para ver la Alhambra al caer del sol.

Si, por aquí suben los micro buses.
Subimos en bus hasta allí, no era cuestión de desfallecer ¿no? Tras unos 20 minutos de trayecto por unas calles en las que casi no cabía el microbús y los peatones (muy estrechito estrechito),  nos bajamos para hacer los últimos 10 o  15 metros restantes andando. Al llegar a la plaza sorpresa. Llena (no abarrotada), de turistas y un grupo de músicos locales tocando flamenco.

Valió la pena dejar toda la tarde para esto. La vista es realmente espectacular, y si además aprovechas para tomarte una cervecita fresca en alguno de los bares con terraza hacia la Alhambra mientras ves como cambia el color de los muros según baja el sol ya ni os cuento. Es una auténtica postal.
La postal

Músicos callejeros aprovechando el entorno
El Albaycín, barrio donde está este mirador, es una bonita zona de Granada, tranquilo y algo ajeno a la ciudad. Ví muchos restaurantes y garitos con espectáculo flamenco, también hoteles en su parte baja, pero como comentávamos entre nosotros mientras bajábamos andando a la plaza Nueva por sus empinadas calles y escaleras, si olvidas el pan no bajarás expresamente, comerás sin pan. Tampoco encontramos mucha “gente local” por las calles de la parte alta, parecía algo deshabitado. ¿Quizás por las fechas?

Cenamos por el centro, hicimos algunas compras, más cervecitas y despedida. Ellos volvian a Ávila (donde estaban de vacaciones estivales), y yo salía temprano para llegar a Mérida evitando en lo posible las horas centrales del día y el calor. En 15 días más o menos nos volveríamos a ver en nuestra calurosa Barcelona.
Hablando de calor, los 39 grados que llegamos a tener son demasiado. De acuerdo. Pero desde el punto de vista de un turista habituado a la humedad de Barcelona son bastante soportables, simpre que tengas liquidos a mano y vayas por la sombra (por que los bombones se derriten con calor ¿verdad Sr. F. Rocher?).

Dejé Granada con buen sabor de boca y pensando que habría necesitado 1 o 2 días más para visitarla en condiciones, pero el calendario es el calendario y me esperaban en Mérida, ya en plena Ruta de la Plata hacia Santiago.

Por cierto, después de haber hecho el camino francés (a pie o en coche/moto), y el del norte (en coche), solo me faltaba este para haber pasado por los 3 grandes recorridos hasta Santiago.



Algunas fotos más de Granada:
Catedral



El organillo de la catedral.

Un pequeño atril para los libros

Detalle


Otra vista de "la postal" a una hora más temprana.


29 de agosto de 2011

Vuelta a España 11. Etapa 2. Alicante – Granada (1ª parte)


Y  llegué a Granada.
Después de casi 5 horas (entre trayecto y localizar el hotel sin gps), ducha rápida por que llegué más sudado que una esponja en una piscina, cambio de uniforme (de “romano” a “turista”), y a comer rápido porque a las 5 y media de la tarde tenía entrada a los palacios Nazaries de la Alhambra. Allí dentro me reuní con unos buenos amigos de Barcelona que también estaban pasando unos días en la ciudad.
En pleno centro de Velez-Rubio.

Desde Alicante a Granada ha sido todo por autovía, dejando de lado Murcia, Lorca y otras localidades que seguro tenían mucho encanto. No puede ser todo.

Desayuno en Velez-Rubio, un agradable pueblo donde por la altitud y estar algo cubierto el cielo hacia fresquito. Por lo que oí a los lugareños mientras zampaba un bocata el día anterior el calor no había dado tregua apretando muy fuerte.

Después de unos cuantos kilómetros más llegué por fin a Granada donde cometí un grave error. No usar el gps para localizar el hotel. Tiene explicación. En Alicante me fue muy útil, pero realmente incomodo al no ver prácticamente nada por la posición en el manillar. Tenía que corregirla pero no sabía muy bien como, así que decidí no usarlo. El resultado fue casi una hora a pleno sol con más de 34 grados y el traje de romano. Casi me derrito en la moto.
Tras la rutina de ducharme, cambiar de uniforme y comer algo tenía previsto subir a la Alhambra andando pero tanto en el hotel como mis amigos por teléfono me lo desaconsejaron vivamente por la distancia, la subidita y el calor (ellos ya estaban allí arriba).

Menos mal que les hice caso y lo hice en bus porque hubiera llegado “muerto” arriba y sin muchas ganas de ver nada salvo una gran cerveza fresquita.
Con puntualidad casi británica llegué a la entrada de la Alhambra y sus palacios Nazaries, y tras hacer una cola de unos 15 minutos entré por fin.
¿Qué decir de la Alhambra sin caer en los tópicos? Imposible. A quien no la ha visto aún, que lo haga en cuanto tenga ocasión porque vale la pena perderse entre sus palacios y jardines.
Las ornamentaciones de las paredes, sus jardines, sus vistas y el uso del agua que diseñaron los arquitectos árabes es espectacular.
La catedral vista desde la Alhambra. Esto no lo veian los árabes.

Interior de una sala.

Suspendí el árabe cuando estudiaba, no se lo que pone.

Hasta las puertas tienen encanto.

No es la piscina del hotel (no tenía), así se las gastaban los árabes en sus palacios.

Duelo de fotógrafos entre turistas varios.

Una fuentecita en un jardincito.

Varias fotos después, y numerosos tragos de agua por el camino finalizamos la visita y al ver la hora decidimos cenar por allí temiendo una clavada sin igual al ser zona tan turística (luego no fué tan salvaje). No teníamos alternativa al tener entradas para un espectáculo de danza y música en los jardines a eso de las 10 de la noche.

Un inciso…, el plato alpujarreño que en todos los restaurantes podías encontrar, es algo digno de mención. Si alguien no lo conoce, lo puedo describir burdamente como un plato combinado en versión local con morcilla, longaniza, patatas pobre, jamón serrano y en ocasiones huevo frito. Todo productos de la zona.

Lleva muchas cosas y todas muy buenas para el colesterol 8-). No puede ser malo ¿no?.

El espectáculo de música y danza fue mejor de lo esperado. Una puesta en escena sencilla, marco perfecto, un grupo de músicos y un cuerpo de danza muy buenos consiguieron que pasáramos casi 2 horas sin darnos cuenta del tiempo. Muy bien.

Una vez acabado tocaba bajar al centro, y además andando, por que los autobuses ya no funcionaban a esa hora.
Tiramos cuesta abajo por la Cuesta de Gómez hasta la plaza Nueva donde hicimos un alto para tomar algo fresco. Fue un paseo agradable. Aún siendo de noche aún hacía calor pero entre los árboles y los regueros de agua que había a los lados se hacía muy llevadera la caminata.
Mi primer día (horas), en Granada tocaron a su fin y la impresión fue muy buena. A día siguiente más: pasear por sus calles y hacer una visita al mirador de San Nicolás.

Vistas de Granada desde la Alhambra

Más ejemplos de ornamentación.


Detalle de lo que curraban estos tios para picar las paredes
Torreones defensivos y de vigía.
Foso.
Interiores de la murallas
La remodelación cristiana.
Más agua.
Que sombras! Que descanso!
Aguita aguita por todos lados.

Vuelta a España 11. Etapa 1. Barcelona - Alicante

Al final, como temí desde el principio y como me pasa siempre, toda la noche dando vueltas en la cama sin pegar ojo. Cuando sonó el despertador salté de la cama, algo muy poco habitual en mi. Había ganas de empezar a rodar.
Salí de Barcelona con tranquilidad, poco tráfico como era de esperar un lunes de agosto a las 8 de la mañana. La primera parte de la ruta fue por autopista para evitar el tráfico de las zonas costeras de Catalunya hasta llegar a Torreblanca (Castellón), para seguir hasta Valencia (a la que no entré), y hasta el destino final, Alicante por autovía.

Una vez pasado Torreblanca dejé la autopista pasando a una nacional en buen estado y con poco tráfico para enlazar con la autovía.
Al subir un pequeño puerto, en una “paella”, un camión que iba delante nuestro (ya éramos varios coches y el menda a “rueda”), emitió un ruido raro y quedó clavado. Aun suerte que pudo mover el camión unos metros para sacarlo de la curva y que en moto puedes pasar por cualquier lado.
Al pasar por la circunvalación de Valencia sufrí un atasco "cojonudo". Durante 3 ó 4 kilómetros todos los carriles estaban parados o moviéndose muy poco a poco. Solventé la incidencia circulando con calma por el arcén junto con otras dos motos con matrícula italiana.
La V cargada durante el viaje de Barcelona a Alicante
Estas dos incidencias en ruta podrían haberme retrasado mucho de no haber ido en moto, alguna ventaja tenía que tener ¿no? El caso es que conseguí llegar al hotel de Alicante sin más problemas tras 6 horas y media más o menos de ruta. No está mal para el primer día.
Descargué la moto y la llevé al parking gratuito del hotel (un detalle que no recordaba de la reserva "on-line"), y tras una buena ducha salí a la conquista de la ciudad.
En general, y supongo que por las fechas, Alicante me ha dado la impresión de una ciudad básicamente turística de sol y playa. 
Así estaba la playa por la tarde
Igual no es así al 100% por que tiene más cosas que ver o hacer, pero es la impresión que me quedó.
Al no tener mucho tiempo y decidir hacer de turista "a patita" no vi muchas cosas, y por la hora tampoco pude entrar en algunos sitios. Tan solo pude ver con detalle el castillo, al que subí a pleno sol, con más de 34º de calor. Una mala idea (la subida).
Subida al castillo de San Fernando
Llegué cansado y sudado como no recordaba en tiempo. Esto si fue una sudada de las gordas. Menos mal que con el fuerte viento allá arriba me “sequé” muy rápido y no daba tan mala imagen 8-). Eso de gotear por la nariz dejando un charco no queda bien ¿verdad?
Las vistas desde la cima del castillo son espectaculares, tanto del puerto como de la ciudad, y como había quedado seco del todo con la subida decidí tomarme una cervecita en una terraza viendo Alicante desde el cielo. Eso si, la copa en la mano no fuera que en un golpe de viento saliese volando con el preciado contenido.
Una vista del puerto


La plaza de toros
¿Dónde apuntará el cañoncito?

Vuelta al centro (caminando off course), por otra ruta para aprovechar el paseo y localizar un sitio donde cenar algo.
Cena rápida en un lugar recomendado por la recepcionista del hotel (un sitio poco "tipico alicantino", era una franquicia), y después de tomar alguna cosa por ahí vuelta a la habitación a descansar.
Madrugué bastante y al día siguiente también debo hacerlo para llegar a la hora de comer a Granda (esa era la idea).

Unas cuantas fotos más de Alicante:
Un pequño barquito en el puerto. Se puede entrar a visitarlo e incluso tomarte algo.
Ayuntamiento. Divertidos surtidores en el suelo.

Un callejón que sale de la plaza del ayuntamiento.
Placa dedicada a Cervantes.
Si, ahí arriba está el castillo de si lo miras desde la playa. De locos subir andando a pleno sol ¿verdad?

Otra vista del puerto y parte de la ciudad desde el castillo.