Después de unos días de descanso (absoluto), tocaba volver a casa por el camino largo en vez de hacerlo por el camino más corto.
La idea era recorrer el Cantábrico hasta Bilbao, pasar por Huesca, recorrer parte del Pirineo y pre Pirineo oscense y catalán para bajar luego a Barcelona.
Aquí comienza la 2º parte de la vuelta a España.
La noche anterior había estado lloviendo por Lugo, y según los partes meteorológicos la previsión era que me mojaría una parte de la ruta.
Salí temprano de Lugo en dirección norte hacia Ribadeo, para luego "girar" hacia el este y bordear más o menos el Cantábrico hasta Santurzi (Bilbao), donde tenía reservado el hotel.
Por suerte no llovía, hacía fresquito y encontré poco tráfico en esta primera parte, así que disfruté mucho de
la carretera hasta la primera parada en un punto indeterminado del oeste de Asturias. Una parada rápida de descanso para fumarme un cigarro viendo una bonita playa en un día nublado.
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Una bonita playa de la que no recuerdo el nombre. |
Después de la parada técnica continué ruta hasta Ribadesella, donde paré ha hacer alguna foto y tomarme un café. Bonita población para pasar unos días disfrutando del entorno y su gente.
Como anécdota, explicar que además del café quería un croissant. En la terraza donde me senté pedí ambas cosas pero el camarero me dijo que no le quedaba ninguna pasta y que no podía hacerme uno ahora por que tenía que dejar la masa en reposo 24 horas antes de hornear. Snif, snif! me quedaba sin croissant. Le dije que no importaba, que no pasaba nada, que con el café ya me valía.
Tomando el café estaba cuando le vi salir y volver a los 5 minutos con una bolsita de papel. Al poco salio del bar otra vez con un platito y un croissant y me lo sirve en la mesa 8-)
Efectivamente, había ido a comprarlo a alguna pastelería o panadería para mí. Todo un detalle ¿verdad?
Por detalles como este me gusta tanto esta tierra (no era la primera vez que estaba), y sus gentes. Aunque algunos piensen que son algo cerrados o "secos", la verdad es que son muy buena gente.
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A un lado de la ria de Ribadesella ... |
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... y al otro lado de la ria. |
Salí de Ribadesella dirección Gijón por la autovía y tras unos kilómetros llegué a Llanes. Por la hora (temprana), no paré a comer y decidí continuar con la intención de parar en algún pueblo de Cantabria.
Después de pasar Llanes encontré los coches parados en la carretera (aún no hay autovía por aquí). Así que como mandan los cánones motociclistas pasé al arcén y continué avanzando con calma.
El atasco llegó casi hasta Urquena (conocida por sus corbatas), donde por la hora que era paré a comer. Mientras me tomaba un café después del bocata apareció un camión que había adelantado en el atasco. Casi una hora de "retención" habían sufrido los pobres enlatados. Casi nada.
Continué la marcha sin parar (salvo gasolina), hasta Santurzi.
Antes de entrar en la población monté el GPS en su nueva ubicación con la esperanza de "ver" mejor la pantalla y llegar al hotel de forma rápida. Todo un éxito. Así si podía llevar el GPS.
Rápido desembarco de bártulos, ducha y cambio de ropa para salir zumbando a Bilbao, al que entré no sé muy bien como por el puente que cruza la ria al lado del Gugguenheim. Perfecto, era algo que quería ver aunque fuese por fuera.
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La V aparcada con el Guggenhiem al fondo |
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Una vista del museo |
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Y otra más |
La verdad es que llama mucho la atención este edificio. Me pareció una pasada.
Al lado encontré una oficina de turismo, así que entré para coger un plano de la ciudad y que me aconsejaran que ver con el tiempo que tenia.
Poco, muy poco podía ver. Y además, usar la moto ni de "coña". Semana Grande de Bilbao, la mayoría de las calles del centro cortadas y un montón de gente paseando y disfrutando de su semana grande.
Por un lado muy bien, ví Bilbao como una ciudad muy animada. Por otro mal, por que moverse por la ciudad era complicado.
Al final pude dar alguna vuelta y callejear un poco por sus calles. Me sirvió para borrar de mi mente la idea preconcebida con la que llegué, que no era otra que encontrar una ciudad gris y sucia. Nada más lejos de la realidad. Parece que Bilbao ha recibido un lavado de cara que le ha sentado mejor que bien.
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La ria desde el Guggenheim |
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Otra vista de la ria, con los tenderetes/garitos donde la gente se lo pasaba en grande |
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Otra vista |
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No lo parece en la foto, pero estas zonas estaban de lo más concurridas. |
Después de cenar con algunos pinchos y alguna cervecita volví a Santurzi por "toda la orilla" pasando por Barakaldo, Sestao y Portugalete. No hay "espacio" entre las poblaciones. Da la impresión de que todo es Bilbao y a todos los ayuntamientos les apasionan los pasos de peatones elevados. Todo un Dakar oiga!.
Al lado del Guggenheim me encontré con una agradable sorpresa. Ni más ni menos que a los Chiefteins ensayando. Lástima que no podía quedarme ha verlos en concierto, pero por lo menos pude oirlos un ratito.
Para el día siguiente no había planes muy definidos, tan solo que llegaría a Huesca para visitarla y hacer noche, pero no tenía fijada la ruta. Improvisaría por el camino.