Hoy nos tocaba madrugar bastante para hacer un viaje a la costa Ecuatoriana.
4 am. El chofer nos espera con la furgoneta preparada para
partir. Tenemos un sueño que tira de espaldas, pero el viaje promete mucho, así
que “sarna con gusto no pica”.
Habíamos alquilado una furgoneta para 10 personas con chofer al no tener opción de alquilarla sin él (más barato y con más libertad).
Después de pasar a buscar al resto de componentes de la
expedición, salimos de Quito a eso de las 5 am rumbo Esmeraldas en la costa de Ecuador, y de ahí a
“playa escondida” un hotel-campamento ecológico entre Tonchigue y Punta Galera.
Un sitio que promete mucho.
Como más tarde descubriría, la salida de Quito a cualquier
sitio es algo lenta (por que la ciudad es muy grande), y siempre en ascensión
para luego descender.
Aun siendo tan temprano y con poca luz, el paisaje que se
intuye tiene pinta de ser algo espectacular para un mediterráneo acostumbrado a
montañas bajas y planicies.
La carretera es algo sinuosa, pero muy buena. Sería un
auténtico lujo poder hacerla en moto, pero en este viaje no hay opción por varios
motivos. Uno y principal, el precio de alquilar motos en Ecuador, que es muy
caro.
Tras 2 horas de viaje paramos en un cruce de la carretera
pasado Nanegalito para tomarnos un café (termo), y hacer un cigarrito. Aquí ya
hay buena luz para ver lo que nos rodea, aunque la niebla y la fina lluvia que
nos recibe no sean las mejores condiciones. Hace frio fuera de la furgoneta,
pero lo que tengo delante de los ojos es un paisaje verde y frondoso con unas
montañas magnificas rodeándonos.
Continuamos viaje hasta Quininde, donde hacemos un alto
para desayunar en un típico local de comida.
Quininde es una población bastante
grande y ajetreada y en sus calles principales hay mucho tráfico de coches,
autobuses y motos pequeñas. Aquí veo bastantes mujeres en scooters. Algo que
en Quito no había visto.
Una calle principal en Quininde |
Se nota que no es la capital del país. Las calles y
edificios están más descuidados en general, y aunque todo “funciona” creo que
podría estar todo algo más “ordenado” (algunas calles sin asfaltar, cables
eléctricos aéreos, etc.)
Después de la parada técnica, seguimos dirección costa.
Primero pasamos cerca de Esmeraldas, aunque no entramos en el viaje de ida,
para después de preguntar 2 o 3 veces llegar a Playa Escondida. Han sido unas 6
horas de viaje para 400 kms +/-. Lento si se quiere, pero es lo que tiene estar
en un país montañoso.
Playa Escondida es un complejo hotelero ecológico, con hotel, bungalows, camping, restaurante y playa semi privada.
Las edificaciones usan mucho el adobe y la caña en sus
estructuras, dando la sensación de ser muy respetuoso con el medio ambiente.
Los baños son algo peculiares. No se usa agua en demasía, si no que se “tapan”
los restos con serrín.
Edificio principal de habitaciones |
La edificación de la izquierda es el bar / restaurante, con vistas a la playa |
El día no acompaña mucho para tomar el sol. Está bastante
nublado aunque no amenaza lluvia. Aun así, “Lorenzo” pica bastante y acabaremos
con un color “rojo gamba” en algunos casos.
Encontramos el Pacífico con marea baja, lo cual no ayudaba a
poder bañarse en el mar con tranquilidad. Tan retirada, el agua oculta muchas
piedras y caminar hacia ella es complicado. Además, el nivel no es mucho,
apenas nos cubre por las rodillas en algunos puntos.
Espectacular paisaje en Playa escondida |
El día no acompañó, pero aún así, no me dirá nadie que no es un bonito paraje |
A cambio, pasear y hacer fotos es una opción perfecta. La
arena húmeda permite caminar sin hundirse, ver los restos variados que el
océano trae a la costa, las huellas diminutas de los cangrejos (y con algo de
paciencia, también los ver caminar), y maravillarse con las vistas. Estamos
prácticamente solos en el lugar al ser temporada baja, y eso ofrece un lugar
muy tranquilo.
No es broma, es un cangrejo de verdad |
Uno más pequeñito.... y ... |
.... algo de la fauna local que puede verse. |
A las 5 de la tarde iniciamos el viaje de vuelta. Algo cansados así que en la furgoneta descansaremos o dormiremos algo. Es la ventaja de llevar chófer, te despreocupas.
Un moto-taxi por la carretera. Una forma habitual de transporte en esta parte de Ecuador. |
Otro moto-taxi |
Esta vez sí paramos un momento en Esmeraldas para comprar
algo. Y al intentar salir nos perdimos dando vueltas y vueltas. Nos retrasó
mucho la vuelta a cambio de poder ver esta población un poco “sucia” y mal
conservada (por donde pasamos, el resto lo desconozco), con mucha población de
color mayoritariamente. No me ha gustado, aunque seguro es una visión parcial y
pequeña como para decir si vale la pena o no visitarla con más tranquilidad.
Conseguimos poner rumbo a Quito, donde esperábamos llegar
antes de las 12 de la noche. Algo que no conseguimos al encontrar bastante
niebla que nos retraso mucho. En algunos puntos no podíamos ir a más de 30 o 40
kms hora.
Tras dejar los bancos de niebla llegamos por fin a Quito y
caímos en la cama a eso de la 1 de la mañana.
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